8. EL ENCANTO DE PISCIS

Es, en absoluto, el más incorpóreo y evanescente de los signos, casi parece provenir de otro planeta, absorto y soñador. Los de Piscis tienen algo mágico en ellos, solo una mirada les basta para leer el esquema de los estados emocionales de la persona que tienen frente a ellos. Tienen el encanto de la emocionalidad absoluta, abrumadora y para nada enredada en patrones y convenciones. Es el hombre que se conmueve frente a una película, el músico sublime que lejos del instrumento se siente un pez fuera del agua, la mujer de carrera que muestra una muñeca firme y un puño de hierro, pero por dentro se siente una niña. Cierto que en los aspectos más prácticos y concretos de la vida se caen a veces las máscaras, porque le falta un poco de pragmatismo. Sin embargo, creo que en los momentos «importantes» saben dejar de lado esa actitud un tanto ingenua y lucir un temperamento mucho más enérgico: en situaciones de necesidad «real» encuentran todas las respuestas dentro de sí mismos, junto con la capacidad de actuar con firmeza y decisión.

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