Cáncer

Contigo se abre el círculo de los signos de Agua, el elemento de las emociones y la imaginación. Y es precisamente al reino de la emotividad al que pertenecen las cualidades que utiliza la astrología para describirte: sensible, empático, intuitivo, protector, vinculado a la familia y las tradiciones. Pero la verdadera esencia del signo de Cáncer va mucho más allá de la suma de estos aspectos: representa, de hecho, las raíces. Expresa todo lo que nos da una ubicación precisa en la línea del tiempo y espacio: un nombre y apellido, una historia, una nacionalidad. Es el «recuerdo» de todo lo que estaba antes que nosotros y al que sentimos que pertenecemos.

 

Es el signo que más que cualquier otro expresa simbólicamente el instinto maternal: generar y proteger. Piensa en el cangrejo que le da el nombre al signo: se esconde bajo la arena y odia ser demasiado llamativo. Pero si alguien intenta sacarlo del agujero, saca inmediatamente sus tenazas. Tú haces lo mismo: si te sientes presionado, si se viola tu privacidad o la seguridad de tu hogar o familia, atacas para proteger.

 

Es como si trazaras un círculo de afectos alrededor de tu vida. Lo que hay adentro hay que defenderlo, cueste lo que cueste. Lo que está fuera del círculo, por otro lado, representa una amenaza potencial. Por eso eres tan de costumbres, atado a tus propios rituales, a los lugares que conoces bien y a la gente con la que tienes familiaridad. Y es por eso que puede resultar traumático para el Cáncer erradicarse o, más simplemente, cambiar de referencia. Porque significa alterar la circunferencia, incluyendo lo que antes estaba excluido o, por el contrario, excluir a los que antes formaban parte de ella.

 

Los valores de Cáncer (el hogar, la familia) pueden ser, según el caso, una guarida que protege o una valla que enjaula. Digámoslo de esta manera: imagina a cada uno de nosotros como una cometa proyectada para volar lo más alto posible sin perderse en el cielo. Las raíces representan el mismo hilo que nos mantiene atados al suelo y evita que nos perdamosen aventuras arriesgadas. Un hilo que, sin embargo, si es demasiado corto, corre el riesgo de ralentizar la evolución y el cambio.

Contigo se abre el círculo de los signos de Agua, el elemento de las emociones y la imaginación. Y es precisamente al reino de la emotividad al que pertenecen las cualidades que utiliza la astrología para describirte: sensible, empático, intuitivo, protector, vinculado a la familia y las tradiciones. Pero la verdadera esencia del signo de Cáncer va mucho más allá de la suma de estos aspectos: representa, de hecho, las raíces. Expresa todo lo que nos da una ubicación precisa en la línea del tiempo y espacio: un nombre y apellido, una historia, una nacionalidad. Es el «recuerdo» de todo lo que estaba antes que nosotros y al que sentimos que pertenecemos.

 

Es el signo que más que cualquier otro expresa simbólicamente el instinto maternal: generar y proteger. Piensa en el cangrejo que le da el nombre al signo: se esconde bajo la arena y odia ser demasiado llamativo. Pero si alguien intenta sacarlo del agujero, saca inmediatamente sus tenazas. Tú haces lo mismo: si te sientes presionado, si se viola tu privacidad o la seguridad de tu hogar o familia, atacas para proteger.

 

Es como si trazaras un círculo de afectos alrededor de tu vida. Lo que hay adentro hay que defenderlo, cueste lo que cueste. Lo que está fuera del círculo, por otro lado, representa una amenaza potencial. Por eso eres tan de costumbres, atado a tus propios rituales, a los lugares que conoces bien y a la gente con la que tienes familiaridad. Y es por eso que puede resultar traumático para el Cáncer erradicarse o, más simplemente, cambiar de referencia. Porque significa alterar la circunferencia, incluyendo lo que antes estaba excluido o, por el contrario, excluir a los que antes formaban parte de ella.

 

Los valores de Cáncer (el hogar, la familia) pueden ser, según el caso, una guarida que protege o una valla que enjaula. Digámoslo de esta manera: imagina a cada uno de nosotros como una cometa proyectada para volar lo más alto posible sin perderse en el cielo. Las raíces representan el mismo hilo que nos mantiene atados al suelo y evita que nos perdamosen aventuras arriesgadas. Un hilo que, sin embargo, si es demasiado corto, corre el riesgo de ralentizar la evolución y el cambio.

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